Para trabajar la motivación hemos escogido la película de “Quiero ser como Beckham”. Ésta trata de una joven hindú cuya pasión es el fútbol, pero su religión y familia no le permiten jugar a este deporte; sin embargo, tratará por todos los medios luchar por su pasión.
Como referencia tiene a su ídolo Beckham, del que es una auténtica fan: en todas las paredes se cuelga sus posters, ve todos sus partidos, etc. Esto también le sirve de motivación a ella, ya que aunque sea un objetivo seguramente inalcanzable, todo deportista aspira a algún día poder llegar a ser como su ídolo, en este caso como Beckham.
La protagonista trata de alcanzar esta meta practicando el deporte que tanto le gusta: el fútbol. Juega con sus amigos y posteriormente entra en un equipo femenino, entrenando duro y aprendiendo lo máximo posible.
La motivación del personaje podríamos considerar que es intrínseca, puesto que en un principio, la protagonista juega al fútbol para superarse y no por obtener ninguna recompensa. Sin embargo, una vez que se mete en el equipo de fútbol se podría decir que también es extrínseca, ya que, aunque no sea el motivo principal por el que practica este deporte, todos los partidos hasta llegar a la final los juega con un objetivo: la victoria.
El enfoque de su aprendizaje es profundo, puesto que intenta adquirir todas las técnicas y conocimientos necesarios y relacionarlos con lo que ya sabe, mejorando así su forma de juego y obteniendo un aprendizaje significativo.
Durante su camino, la joven encuentra diversas dificultades, puesto que su familia no acepta este deporte, y la sociedad en la que vive la condiciona a ser de una manera determinada –a formalizar un matrimonio concertado y ser ama de casa para vivir para y por su familia–.
De esta manera, podemos ver un claro ejemplo de cómo la sociedad sí influye en el autoconcepto de las personas, por qué la joven no se ve capaz de vivir del fútbol, puesto que toda su vida la han enseñado que esto es una tarea imposible para ella, que es solo de hombres. Sin embargo, recibe continuamente estímulos internos –sus ganas de aprender y ser futbolista– y externos –el apoyo del entrenador y sus compañeras– para así poder conseguir sus expectativas mediante el esfuerzo y la persistencia que la protagonista muestra durante toda la novela.
Según transcurre la película, se observa que la protagonista adquiere un objetivo claro: que un ojeador americano la fiche y la de una beca para estudiar fuera y jugar en un equipo de fútbol profesional (lo que sería también motivación extrínseca). Esta meta no se basa en el porcentaje de posibilidades de triunfo, puesto que es una tarea difícil, sino que se cimenta en lo mucho que puede ganar y lo poco que perdería, además de la necesidad que siente la protagonista de autorrealizarse como persona y futbolista.
Finalmente, la protagonista después de mucho insistir, cuenta con la aceptación de sus padres, lo que provoca que ya tenga todas las armas necesarias para luchar por su sueño: ser futbolista.