lunes, 2 de mayo de 2011

PRÁCTICA 8: MORFOLOGÍA DEL ESTUDIANTE DE INGLÉS.


En el texto de Marchesi “Un problema vital”, se tratan una serie de factores que condicionan el sistema educativo español tales como el desarrollo de la sociedad y su adaptación a las nuevas tecnologías, la actitud de los jóvenes y adolescentes ante los estudios (derivando al tema del fracaso escolar) o los cambios de mentalidad que suponen la inmigración.  Nos vamos a centrar básicamente en los perfiles de los alumnos, tal y como indica el título del libro “Qué será de nosotros, los malos alumnos”.
Según Marchesi “el objetivo de la institución educativa es conseguir que los alumnos aprendan lo que la sociedad considera necesario en un momento histórico determinado”. Por ello se establece un nivel de conocimientos que se deben adquirir para conseguir el título de graduado en Educación Secundaria Obligatoria. Todo aquel que no consigue superar este mínimo se le etiqueta de “mal alumno”. El considerar a un alumno bueno o malo depende de muchas causas, como el momento histórico, de la cultura, de la historia y del modelo educativo. En la actualidad por ejemplo se considera fracaso escolar a los alumnos que al finalizar su permanencia en la escuela no han alcanzado una preparación básica que les permita vivir de forma autónoma en la sociedad: encontrar un trabajo u organizarse de manera independiente. Es aquel que no ha obtenido el título de estudios secundarios obligatorios (ESO). Pero quizás dentro de unos años se considere un fracasado escolar al que no haya acabado bachillerato. Por lo tanto es un término que puede ir variando según estos factores.
Si prestamos atención al perfil de los estudiantes denominados “malos alumnos” tendríamos que tener en cuenta sus dificultades escolares y ofrecerles un punto de apoyo para que no abandonen la escuela. Es decir, el problema de un alumno considerado “malo” es la inexistencia o carencia de una reacción adecuada de los grupos sociales de su entorno (familia, escuela, profesor, grupo de iguales). Estos alumnos con dificultades escolares presentan perfiles diferentes con una respuesta educativa específica. Se pueden clasificar en alumnos con retrasos significativos en los aprendizajes escolares, alumnos desmotivados y alumnos con problemas emocionales de comportamiento. A todos ellos se les debe prestar una atención y un apoyo a tiempo antes de que tengan una escasa confianza en sus posibilidades y una baja motivación. Se debe procurar no etiquetar a un alumno desde el principio de malo o bueno, ya que poco a poco se lo irá creyendo y al final acabará siéndolo.
Para conseguir eliminar la falta de interés de los alumnos, y su posterior abandono de los estudios, se puede llevar a cabo el cambio de la metodología en el proceso de enseñanza-aprendizaje, profundizando en el hecho de la participación del alumno en el aula, ya que esto implica otorgarle cierta autonomía, confianza y respeto. Este sistema de interacción entre profesor y alumno es preciso y necesario.  
En la práctica de “morfología del estudiante inglés” nos han asignado a cada grupo un tipo de personalidad del alumno a la hora de aprender inglés: el bestia, el lento, el metódico, el inconsciente, el pobre infeliz, el incansable y el agudo o competente.
Nosotros hemos tenido que trabajar el inconsciente. El perfil de alumno inconsciente es el despreocupado, que está seguro de sí mismo a pesar de que no sabe mucho del idioma. En el caso del inglés, el inconsciente representaría a la gran mayoría de los españoles, que no tienen mucha idea, aunque creen que sí, y durante una conversación en este idioma, consideran que  entienden bien cuando no capta ni el 20% de lo que se dice. Este perfil se puede asociar con la típica frase de “entiendo mucho, pero mi problema es hablar”. El inconsciente cree que es invulnerable ante todo y no se da cuenta del peligro.
La fortaleza que se puede destacar de este tipo de personas es que vive despreocupadamente, con lo cual no sufre agobios a la hora de aprender inglés. Se podría decir que “vive la vida” sin pararse a pensar en las consecuencias.
Por otro lado, la debilidad fundamental que podemos señalar es que no le da importancia al hecho de no saber, sin ser consciente de las consecuencias que eso conlleva: el no saber inglés es un factor muy importante en el trabajo, y hoy en día se requiere cada vez más. En lugar de admitir que realmente no sabe inglés y necesita asistir a clases para poner remedio a su situación, cree que lo entiende y en realidad no, dicho coloquialmente “va de sobrado”.
Si nos paramos a pensar en las motivaciones del alumno inconsciente, siempre va a tener una motivación, porque como no le importa lo que pase, no se va a derrumbar, por lo que seguirá adelante.
El alumno inconsciente aprende el idioma a base de hablar y equivocarse, ya que no le importa hacer el ridículo, arriesgándose, por inercia, escuchando a otros.
Con un alumno de este tipo en el aula el profesor debería trabajar haciéndole interactuar con un alumno responsable, colocándole en el mismo sitio que este, y procurando que trabajen en equipo durante un tiempo determinado, para que así poco a poco vaya dándole más importancia  las consecuencias de sus actos, ya que si no ayuda a su compañero, tendrá varias consecuencias como el enfado de este, o sacar malas notas. Por otro lado el profesor  le podría asignar un rol importante dentro del aula, encargarle cada semana que se responsabilice de algo, que le lleve a ser más consciente del compromiso y la carga que supone todo.

1 comentario:

  1. Habéis comenzado haciendo un buen análisis de la lectura de Marchesi y sabiendo conectar el valor de esta con la práctica realizada posteriormente. Es importante comprender que cada alumno posee diferentes ritmos de aprendizaje y de trabajo de ahí el valor de saber adaptar los conocimientos a sus necesidades o a una metodología de trabajo que le ayude. Creo que podríais haber ofrecido una visión un poco más profunda de este alumno y del trabajo con el.
    Saludos
    SARA

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